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LA INFLACIÓN EN LOS BARRIOS NO DA TREGUA: EN JULIO LOS ALIMENTOS SUBIERON UN 9,7% 

Según el relevamiento mensual que realiza el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) en comercios de cercanía de los barrios populares de Mar del Plata y Batán, una familia de dos personas adultas y dos niños/as, para adquirir la Canasta Básica de Alimentos (CBA) requirió en el mes de julio de $353.563, representando un incremento del 9,73% respecto del valor de esa misma canasta en el mes de junio.

Según el relevamiento mensual de los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) que realiza el Isepci en negocios de cercanía de los barrios populares de Mar del Plata y Batan, en julio pasado los precios de los alimentos aumentaron 9,73%. Después de algunos meses con aumentos de los alimentos por debajo del 5% mensual, los fuertes incrementos se volvieron a sentir en julio en los comercios de cercanía de General Pueyrredon.

Rodrigo Blanco, director a nivel local del Isepci, expresó: “Milei y Caputo siguen anunciando la continuidad del descenso de la inflación con llegada al 0% a fin de año. Pero los alimentos y los servicios básicos indispensables para la vida cotidiana de las familias no dejan de aumentar. Durante los ocho meses en el gobierno nacional los alimentos subieron 111,3%, con picos en frutas y verduras, lácteos, farináceos y arroz. Cumplidos ocho meses del actual gobierno, los incrementos de precios en los negocios de cercanía de los barrios populares, desmienten el relato del gobierno sobre la continuidad de la tendencia descendente del valor de los alimentos y de los servicios básicos. Una familia de cuatro integrantes –dos adultos/as y dos niños/as pequeños/as- en julio necesitó para adquirir los mismos productos, 31 mil pesos más que treinta días antes.”

El valor de la CBA para una familia de dos adultos y dos hijos/as pequeños/as, en julio alcanzó los $353.563 contra $167.313 de noviembre pasado. En los ocho meses de gestión Milei, la CBA aumentó 111,3%.  El rubro de frutas y verduras sigue liderando las subas entre los alimentos, (29,7% en julio), seguido por carnicería (7,9%) y el rubro almacén (3,2%). Coincidentemente con los fuertes incrementos experimentados en el rubro de las frutas y verduras, se conoció en los últimos días un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que advierte que la demanda de dichos alimentos cayó un 40 por ciento en julio. Desde CAME indicaron que “durante el mes de julio 2024, fruto de la disminución del poder adquisitivo y la falta de convalidación de precios por parte del consumidor, se observó una caída de la demanda de entre un 30% y un 40%”.

La razón principal de esta caída la podemos encontrar en parte en la composición y evolución de los ingresos mínimos que han sufrido pérdidas significativas desde el inicio de la gestión del Gobierno de Javier Milei, según explicaron desde Isepci. 

El salario mínimo vital y móvil para el mes de julio 2024 se ubicó en $254.232, representando tan solo un 74% de incremento acumulado desde el inicio de la gestión del gobierno de Javier Milei (se ubicaba en noviembre 2023 en el orden de los $146.000), lo que configura una pérdida del 37,3% en ocho meses si lo comparamos con los valores de la CBA actual. Este dato a su vez nos indica que el salario mínimo por si solo no alcanza a cubrir de manera íntegra el valor de la CBA: apenas llega a cubrir un 72% de la misma, y debemos tener en cuenta que las familias también deben afrontar otros gastos esenciales tales como alquiler, vestimenta, servicios básicos, entre otros. Por su parte la jubilación mínima se ubicó en los $285.622 para el mes de julio (con bono incluido de $70.000 para los haberes mínimos), por lo que si comparamos con la situación de noviembre 2023, cuando la misma ascendía a los $156.720, tenemos un incremento del 82% acumulado, representando una pérdida del 29,3% en comparación con la CBA actual.


Blanco opinó: “Ante la continuidad de las dificultades para estabilizar los indicadores macro económicos, centradas en la carencia de reservas en el Banco Central con perspectivas negativas para aumentarlas significativamente, el equipo económico encara esta etapa que denomina “emisión cero” que en los hechos implica profundizar la recesión, con previsibles consecuencias de incrementos de la pobreza e indigencia. Por otro lado, el sostenimiento del valor del dólar en los mercados paralelos se consigue a costa de perder reservas, lo que compromete aún más la sustentabilidad del equilibrio macro. Todo esto sin que la inflación mantenga la tendencia descendente que el gobierno pronostica todos los días. La contracara son las tristes cifras que dio a conocer UNICEF; que ratifican que millones de niños y niñas se van a dormir cada día sin haber comido.