Massafra

General Quinta Sección

No lo dejan ingresar al jardín: La lucha de una madre por el derecho a la educación de su hijo con discapacidad

Una madre de Camet Norte, denuncia que las autoridades locales no permiten el ingreso de una acompañante terapéutica al jardín de infantes para acompañar a su hijo, que padece problemas de salud. Esto ha impedido que el niño asista a clases durante el año.

Ante la falta de argumentos de parte de las autoridades educativas de Mar Chiquita, la mujer decidió hacer pública la situación para que se brinde una solución y su hijo pueda iniciar el ciclo lectivo, acompañando de su acompañante terapéutica, con quién ya estableció un vínculo fundamental para su condición de salud.

CARTA DE UNA MAMÁ DE MAR CHIQUITA

Soy Daniela Azzone, mamá de Lauti, y quiero compartir una situación preocupante que afecta a mi hijo desde hace meses y refleja lo que viven muchas otras familias.


Lauti es un niño con neurodivergencias y una cardiopatía congénita que depende de un marcapasos. Desde su ingreso al jardín 909 «Juana Azurduy» de Camet Norte (del partido de Mar Chiquita), de parte de la inspección del nivel se nos exigió contar con un acompañante terapéutico (AT) para que Lauti pudiera asistir a jornada completa, reduciendo su permanencia a solo 1h30min hasta tanto se contara con ese acompañamiento . Durante meses, lo llevé igualmente apenas ese ratito y esperé afuera del jardín por ese pequeño ratito porque siempre consideré importante darle las mayores opciones de educación a mi hijo y porque además él se hacía mucha ilusión y disfrutaba mucho de ese poquito tiempo que iba al jardín. Eso lo hice por bastante tiempo ya que al solicitar a la obra social la cobertura de ese tratamiento terapéutico para mí hijo se me negó reiteradamente la cobertura del servicio,
Debido a eso, con mucho esfuerzo y ayuda pude contratar, de manera particular, a la AT Julieta A. Oreja para acompañar a Lauti y asegurar la continuidad de su escolarización, al menos por un tiempo.


Mientras tanto me dispuse a pedir ayuda también consultando profesionales para reclamar por la denegatoria a la obra social hasta que finalmente pude presentar un recurso de amparo que ordenó la cobertura económica del tratamiento a la misma obra social que lo había rechazado y se aseguró así acompañamiento en la escolarización de mi hijo


Así, fue que continuando sostenidamente con el acompañamiento de Julieta, Lauti logró avances significativos en lo pedagógico, social y médico.
Sin embargo, en noviembre de 2024, desde la inspección del nivel inicial, especial y psicología se me informó de manera muy irregular e informal que por «criterio» de la Jefatura Distrital, y sin explicitar mayores motivos, argumentos, ni fundamentos, se habría retirado el aval para el ingreso de la AT de mi hijo Julieta Oreja, y se prohibía el ingreso de Julieta a todas las instituciones del distrito.


Esa supuesta decisión se me comunicó en una reunión a la que se me citó las instalaciones del jardín, pero que concretamente ocurrió en la EP30 de Camet Norte en un contexto poco claro, sin explicitar por escrito motivos y solo citando una normativa pero sin explicar de que modo esa normativa estaba siendo incumplida o puesta en contradicción. Luego de varias reuniones y reclamos de mi parte sin recibir respuesta formal con resolución expresa y firmada de la jefatura distrital y donde siempre se me imponía que cambiara de AT para Lauti, solicité se labraran actas de todo lo acontecido en el establecimiento dejando expuesta está situación y reclamando por los derechos a la salud y la educación de mi hijo.


Llamativamente a los pocos días me llamaron autoridades diciéndome que desde la Inspección de Nivel con fecha 13 de febrero habían suscripto una nota con el visto bueno para la continuidad del acompañamiento de la misma AT Julieta Oreja en el ciclo lectivo 2025 y solicitando el pronto otorgamiento del aval en las instancias superiores. Incluso se me hizo llegar copia de la nota firmada por las autoridades de Inspección de Nivel Inicial y especial.
Pese a eso la cuestión siguió sin resolverse durante semanas, hasta que volvieron a llamarme diciéndome que por cuestiones de burocracia interna era necesario presentara nuevamente toda la documentación respaldatoria de mi hijo, el tratamiento y la AT para el nuevo ciclo.


Rápidamente volví a presentar toda la documentación, aunque pasaron los días y Lauti siguió sin poder ir al Jardín con Julieta como lo venía haciendo durante 2023 y 2024.


Claramente algo más estaba sucediendo, y fue así que me dispuse a averiguar si la nota que se me dijo se había elevado el 13 de febrero había sido enviada a las autoridades superiores de la jefatura Distrital y demás de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, y según pude saber que esa nota nunca había sido enviada.


Ante esa situación y mi consulta para que se esclareciera la situación formalmente y se me informe qué era lo que en verdad estaba sucediendo se me dijo que «era una decisión ya tomada de la Jefa Distrital y un criterio que no se iba a modificar». «Que buscara cualquier otra AT para mí hijo o que sino a partir de ahora podía enviarlo sin problema aún sin AT» (cosa llamativa, porque el propio Jardín me pidió buscara una AT para mi hijo, y en razón de eso tuve que costear sus gastos por meses y hasta interponer un recurso judicial de amparo para lograr la cobertura de la obra social). Ante mi insistencia en el pedido de explicitación de los motivos en que se basaba esa situación se me reiteró que «la decisión estaba tomada», que eso «excedía a las autoridades del Jardín» y que «si yo quería, Lautaro podía ir al Jardín, pero no con esa AT».


El destrato, la falta de consideración de la situación de la salud de Lauti, el vínculo que se construyó entre mi hijo y su AT durante todo este tiempo y el bienestar general de mi familia no importaban.


La arbitrariedad y la violencia institucional con que se ha decidido dejar a mi hijo en esta situación y se consiente ello siga pudiendo sostenerse no puede seguir oculta o guardada en silencio. Al menos no por mi.


A pesar de contar con una sentencia judicial que garantiza su derecho a ser acompañado, al día de hoy desde el sistema educativo de Mar Chiquita, continúa impediéndose el ingreso de Lauti junto a su AT. La AT Julieta Oreja, quien fue escogida profesionalmente por mí que soy su mamá, y con la que mi hijo tanto progresó en diversos aspectos que hacen a su salud, su educación, y sus relaciones sociales, especialmente desde el vínculo terapéutico que han generado, construido y consolidado.


Perversa e injustamente dejaron a Lauti sin poder asistir al jardín en todo lo que va del año, porque decir que podría ingresar pero sin Julieta es cortar de lleno con los beneficios que el tratamiento y acompañamiento de la citada profesional han implicado en la vida de mi hijo.


Agoté todas las vías institucionales sin respuesta. Esta situación no es aislada: evidencia arbitrariedades y desmanejes de funcionarios y funcionarias y de un sistema que permite esas acciones y las barreras que enfrentamos las familias con hijos neurodivergentes. No podemos naturalizar estas vulneraciones. Estoy decidida a seguir tomando acciones legales para defender los derechos de Lauti y de otros niños en situaciones similares.

Gracias a quienes acompañan y se solidarizan con esta causa.