Según últimos estudios 6 de cada 10 argentinos mayores de 18 años viven con sobrepeso u obesidad. La obesidad está asociada con más de 200 posibles complicaciones de salud, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades del hígado, hipertensión arterial, colesterol elevado y ciertos tipos de cáncer.
La obesidad representa un desafío significativo para la salud pública. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 8 personas en el mundo vive con obesidad (cerca de 890 millones) y unos 2.5 mil millones de adultos tienen sobrepeso; sumados a más de 390 millones de niños y adolescentes con sobrepeso y 160 millones con obesidad.5
La obesidad está asociada a más de 200 posibles complicaciones de salud, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades hepáticas, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, colesterol elevado y ciertos tipos de cáncer.5
Las personas con obesidad a menudo enfrentan estigma y discriminación, lo que además impacta en su salud mental. Perder peso no es simplemente una cuestión de voluntad o de cambiar los hábitos alimenticios; implica una interacción compleja de factores socioculturales, económicos, genéticos, metabólicos, ambientales y psicológicos, que requieren un enfoque integral para su prevención y tratamiento.
Obesidad, riesgo cardiovascular y costos asociados:
. 1,95 millones de muertes por enfermedad cardiovascular en el mundo son atribuibles al índice de masa corporal elevado.
. 19% de muertes por enfermedad cardiovascular son debidas al IMC elevado.
. 70% de muertes en personas con sobrepeso y obesidad son por enfermedad cardiovascular.,
Mientras que la mortalidad cardiovascular ha disminuido en las últimas dos décadas, se triplicó la mortalidad cardiovascular asociada al sobrepeso y a la obesidad.31,32
El riesgo de mortalidad y enfermedades asociadas a obesidad aumenta continuamente.
La depresión es un predictor de obesidad y, en personas con obesidad, el riesgo de depresión se incrementa un 55%. Respecto de individuos de peso normal, las personas con obesidad incurren en un 27% más de costos por visitas al médico y gastos ambulatorios, 46% más de costos de internación y 80% de gastos en fármacos para comorbilidades.
«Está demostrado que el mejor camino para lograr un adecuado control del peso corporal comienza con una consulta con un profesional de la salud. Este indicará los estudios correspondientes y juntos podrán determinar un programa sostenible en el tiempo, diseñado específicamente para responder a los objetivos, necesidades, posibilidades y expectativas de cada persona”, sostuvo la Dra. Mónica Katz, médica especialista en Nutrición, expresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición.
En líneas generales, insistió, “un plan de control del peso incluirá siempre, con matices, educación alimentaria y determinados ajustes en la alimentación, llevar una vida activa incorporando actividad física, procurar dormir mejor de noche, aprender a gestionar el estrés y otras emociones, identificando por qué comemos cuando comemos (por hambre real, ansiedad, estrés, enojo, aburrimiento o costumbre). Como complemento a todo esto, la llegada de las alternativas terapéuticas -como la semaglutida, que es la primera- representan un avance que es una bisagra en el tratamiento, pero no sustituyen ninguno de los otros elementos”, describió la Dra. Katz.
NUEVO TRATAMIENTO
Novo Nordisk anunció que llegó a la Argentina y ya está disponible Wegovy® (semaglutida), un agonista del receptor GLP-1 de origen biológico, con un 94% de similitud con la hormona GLP-1 humana que desarrolla el organismo. Esta medicación induce la pérdida de peso al reducir el apetito y aumentar la sensación de saciedad, lo que ayuda a las personas a comer menos, reduciendo su ingesta calórica. En estudios clínicos, demostró producir una reducción de peso del 20% en un tercio de los pacientes, y del 17% como promedio general.1.
La llegada de esta nueva medicación es fruto de décadas de investigación en cardiometabolismo que llevó adelante Novo Nordisk para descifrar el funcionamiento de la hormona GLP-1 y lograr desarrollar en el laboratorio análogos que replicaran su funcionamiento, y que -con un muy buen perfil de seguridad- generaran además un impacto terapéutico significativo capaz de contribuir al control del peso corporal y mejorar el manejo de factores de riesgo cardiometabólico. Esta medicación ha sido aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) como complemento a una alimentación saludable y actividad física, para el control de peso en adultos con obesidad y para aquellos con sobrepeso (determinados por IMC) y la presencia de alguna comorbilidad asociada al peso. También está indicada para adolescentes a partir de 12 años con un IMC inicial en el percentil 95 o superior, según su edad y género (obesidad) y un peso corporal superior a 60 kg. Fue aprobado por autoridades regulatorias de referencia como la FDA de los Estados Unidos y EMA, de Europa, entre muchas otras.
La especialista afirmó que “Conocemos en profundidad a los análogos de GLP-1, porque hace varios años que vienen usándose para la diabetes y para el sobrepeso y la obesidad. Esta nueva generación, que es la semaglutida, con más potencia, logra resultados muy contundentes en términos de descenso de peso y mejoras metabólicas en general; puede ser una gran aliada en el marco de un tratamiento integral. Se vio en todos los estudios clínicos y lo vemos todos los días en el consultorio”, puntualizó la especialista.
“Es importante hacer siempre un uso responsable de los medicamentos y la semaglutida requiere indicación y seguimiento médico; se adquiere exclusivamente en farmacias presentando una receta”, sostuvo la Dra. Daniela Conterjnic, directora médica de Novo Nordisk Argentina, filial local de la compañía que desarrolló y comercializa la semaglutida original
Más allá de la balanza
El Dr. Ernesto Duronto, médico cardiólogo, director asociado de la Revista Argentina de Cardiología, de la Sociedad Argentina de Cardiología, y jefe de Unidad Coronaria y del Departamento de Docencia e Investigación en la Fundación Favaloro, explicó que “bajar de peso tiene un impacto sistémico sobre la salud, mejorando todo el perfil cardiorenohepatometabólico (niveles de glucemia, tensión arterial, lípidos, hígado graso y función renal, entre otros indicadores). Semaglutida 2.4 mg ofrece beneficios más allá del descenso de peso. Demostró, por ejemplo, reducir significativamente el riesgo de desarrollar eventos cardiovasculares mayores y muerte por cualquier causa”.

Específicamente, en el estudio SELECT, el uso de semaglutida 2.4 mg redujo un 20% el riesgo de ACV no fatal, infarto no fatal y muerte cardiovascular, y un 19% el riesgo de muerte por cualquier causa. Semaglutida 2.4 mg proporciona mejoras clínicamente relevantes en los factores de riesgo cardíaco, renal y metabólico en pacientes con obesidad.
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