Después de que el equipo sub-18 de vóley de Mar Chiquita se alzara con la medalla de oro en los Juegos Bonaerenses, el entrenador Elvio Babini reflexionó sobre el proceso, la importancia del acompañamiento institucional y el sentido que tiene el deporte en la vida de los jóvenes del distrito.

“Lo más importante fue haber tenido la oportunidad y aprovecharla al máximo. Mantener la motivación de los chicos todo el año, sin excusas, fue clave”, expresó en declaraciones al Stream Radio de La Voz de Mar Chiquita.

Para Babini, el resultado es solo una parte visible de un trabajo mucho más profundo. Contó que el año fue largo, con distintas etapas y desafíos, pero que lo esencial estuvo en la constancia y el compromiso colectivo.

En este sentido, el entrenador de la Escuela Municipal de Vóley en Coronel Vidal remarcó la relevancia de que existan espacios públicos accesibles y sostenidos en el tiempo. “El factor principal es que haya estructura, infraestructura y personas que apoyen estos espacios para los chicos. En la sociedad de hoy, el deporte y la actividad deportiva son la herramienta más sana e importante que pueden tener”, señaló.

También destacó el acompañamiento de la municipalidad de Mar Chiquita y la labor de la Secretaría de Deportes, a cargo de Sebastián Rioja, como parte de un entramado que permite que los proyectos crezcan.

“El apoyo del municipio y de todo el equipo de la secretaría hace que nuestro trabajo sea mucho más simple. Tenemos los materiales, la infraestructura y la posibilidad de desarrollar lo que hacemos con pasión. Cuando ese espacio existe y hay apoyo, todo es más simple”, remarcó Babini.

El entrenador reconoció además la historia deportiva de Coronel Vidal y la continuidad que se ha logrado en el tiempo. “Soy un heredero de toda la tradición del vóley. Desde los años noventa se viene trabajando con mucho esfuerzo, y hoy seguimos apostando a que los chicos de Vidal sigan creciendo y repitiendo ese camino”, expresó.

Al cierre, Babini compartió una reflexión que sintetiza el espíritu de su tarea: “Más allá de la medalla, lo único que importa es que los chicos se quedan con una marca imborrable para toda su vida, y eso es lo que queda para siempre”.