Graciela Borges entregó un reconocimiento, otorgado por el Concejo Deliberante, a la trayectoria al Restaurante Cantábrico

Por iniciativa del concejal Emiliano Recalt, el Concejo Deliberante de General Pueyrredon entregó un reconocimiento a la trayectoria del restaurante “Cantábrico”, uno de los íconos más antiguos y prestigiosos de la gastronomía marplatense.

El mismo se entregó en la noche del viernes 31 de octubre, en el restaurante, con la presencia de la icónica Graciela Borges, madrina del lugar, quien fue la encargada de entregar simbólicamente la distinción a Roberto Montenegro, referente de la gastronomía local y actual responsable de Cantábrico, ubicado en Juan B Justo y Fleming.

También formaron parte del acto los concejales Florencia Ranellucci, Cristian Beneito, la diputada provincial Geraldine Calvella y el diputado nacional electo Alejandro Carrancio, junto al impulsor de la iniciativa, Emiliano Recalt.

Desde su fundación en 1957, Cantábrico es sinónimo de excelencia y tradición. Nacido de la mano de una familia de raíces españolas, el restaurante conserva el legado de Doña Carmen Ccechi Castro, madre de Roberto y nacida en Santander, quien transmitió su pasión por la cocina clásica del norte de España.

Su carta combina la esencia ibérica con el espíritu marplatense, destacando platos emblemáticos como las gambas al ajillo, las cazuelas de mariscos, el pulpo español, los calamaretes a la lionesa y el exclusivo Conchiglioni Cantábrico, una pasta rellena de langostino, queso brie y salsa azafranada con parmesano gratinado.

La resolución del Concejo destaca que “Roberto Montenegro y su familia son un ejemplo inspirador de lo que la pasión y el compromiso pueden lograr en el mundo de la gastronomía”.

El local, ambientado al mejor estilo español, conserva auténticos detalles traídos desde la península: platos y jarrones de Talavera de la Reina, porcelanas Lladró de Valencia, un mural diseñado por Fillini y obras de Benito Quinquela Martín, entre otros tesoros.

Por su historia, su exclusividad y su calidez, Cantábrico se transformó en punto de encuentro de grandes figuras del arte y la cultura argentina que visitan Mar del Plata.

Más allá de su cocina, el reconocimiento celebra su capacidad de crear recuerdos inolvidables, donde cada plato es una experiencia que trasciende generaciones.